Un robot AGV (siglas de Automatic Guide Vehicle en inglés) es un Vehículo de Guiado Automático no necesita conductor para transportar mercancías (palés, cajas…) de un punto a otro. Esto es posible gracias a que realiza un recorrido programado en su sistema ubicándose en el espacio gracias a tecnologías de guiado como rieles, láseres, cámaras, bandas magnéticas… Además, pueden levantar y apilar cargas.
Ventajas de los AGV
Son precisos
Son seguros porque disponen de dispositivos de detección y seguridad que evitan impactos contra obstáculos.
Mejoran las condiciones de trabajo de los trabajadores al realizar tareas de manipulación pesadas y repetitivas para los operarios.
Permiten hacer un seguimiento a tiempo real de las mercancías.
Pueden operar en zonas de difícil acceso para los operarios por temperaturas extremas o el uso de materiales peligrosos.
Por lo general, también pueden ser operados manualmente, siendo una solución muy versátil para la gestión de procesos.
Pueden equiparse con dispositivos sonoros y visuales.
Cómo elegir el mejor AGV para tu empresa
Contar con un espacio operativo apto para que el AGV pueda operar sin problema y desplazarse sin ocasionar inconvenientes.
Tener en cuenta la compatibilidad con el sistema logístico ya existente en la empresa.
Elegir el tipo de navegación más adecuado para guiar al AGV: láser, banda magnética, GPS… según las necesidades y el entorno operativo disponible.
El uso previsto de la AGV: qué operación queremos automatizar y cómo la vamos a usar.
Tipo de carga a manipular.
Las dimensiones, pesos, formas… del material a transportar. Cuanto más estándar sean las unidades de carga a mover, más adecuadas serán para manipular por AGV.
El nivel de precisión que necesitamos
Usos de los AGVs
Manipulación de materias primas.
Transporte de productos durante el proceso de fabricación.